28.11.13

Dentro de las intimidades literarias de Nora Méndez

Miércoles, 27 de Noviembre de 2013 
http://www.diariocolatino.com/es/20131127/trazosculturales/122615/Dentro-de-las-intimidades-literarias-de-Nora-M%C3%A9ndez-(1ra-parte).htm



Texto y fotografía Néstor Martínez
Editor Trazos Culturales


Hoy por hoy la escritora y poeta Nora Méndez es el boom literario de El Salvador con su novela “de seudónimo Clara”. ¿Los motivos? ella asegura que fue a partir de la publicación en Facebook de la fotografía cuando fue capturada por la desaparecida Policía Nacional en febrero de 1989. Sin embargo, Nora aclara que no es parte del movimiento “memoria histórica”, sino que a quien capturan no es a una combatiente, es, además, a una escritora, -”soy escritora”, dice- y eso marca la diferencia. Tampoco la novela  es autobiográfica. En realidad es una obra literaria con los recursos, avatares, sicología, psicoanálisis, experiencia, entre otras hierbas de la escritora, pero… mejor dejemos que ella nos lo explique y entremos en las intimidades de su obra..

- ¿Cuál es la génesis de este libro?
Bueno. Es la historia de mi persona cuando tengo 19 años. Es la historia de mi captura…

- ¿Es una especie de autobiografía?
… te cuento, mejor te cuento. Este libro está basado en los sucesos de febrero de 1989, cuando me capturan en [el Barrio de] San Jacinto, junto a otra compañera de las FAL [iniciales de Fuerzas Armadas de Liberación, brazo armado del entonces Partido Comunista] por portación de armas, explosivos, y nos llevan presas de forma clandestina, en aquel entonces no te decía a dónde te llevaban, pero nos llevan a la Policía Nacional [cuerpo policial ya desaparecido], en ese entonces está.., bueno, siempre ha estado, en El Castillo [cuartel central], y, pues, nos tienen allí tres días con todo el respectivo menú de torturas y etcétera, etcétera… hasta que pasamos a tribunales y nos llevan a la Cárcel de Mujeres. Entonces yo tenía esa historia guardada dentro de mí, incubada, nunca se me había ocurrido contarla. Sin embargo, ya alguien me la había sugerido, alguien que me preguntó una vez que qué había hecho yo en la guerra. ¡Nunca nadie me dijo qué te pasó en la guerra! Ni mi familia me preguntó qué pasó en la cárcel, qué pasó en la policía… ¡ni mis amigos! Todo el mundo guardó, mi grupo guardó como un mutis: nadie preguntó nada. Por allí, por el 2002, alguien me pregunta, y fue a primera vez que yo me quedé asustada de que alguien me preguntara algo y le empecé a contar, y me dice, ‘mirá, deberías de escribirlo’. Yo lo dejé guardado. Hago un viaje en el 2006 a Alemania. Cuando veo el Muro, porque voy a Berlín, y todo el rollo, me recuerda mi exilio temporal en Madrid después de todo esto de la captura y de la ofensiva, yo me voy para Madrid. Entonces, ese choque me recuerda y me trae todo, como de sopetón, ¿no?, y cuando regreso, esta novela es pos Berlín más que pos guerra, empiezo a escribirla en un blog que yo tenía, o que tengo, Crónicas de R, se llamaba en ese entonces, ya le cambié el nombre a Crónicas de Nora Méndez, y la comencé a escribir en línea, pero eso fue como unos cuatro o cinco meses, cuando llego a un punto en el que no sabía para dónde agarrar, entonces decidí guardarla, me dije ‘la voy a guardar unos años allí’. La veía al año, le hacía cositas, la volvía a guardar. Cuando nace mi hija en el año 2012, en julio, el hecho de tener contacto con ella, de tener una hija, nunca había tenido una hija, ese rollo de madre e hija, viene a catapultar realmente lo que hay en el trasfondo de la novela, que no es la captura, que no es mi participación en los comandos urbanos, sino que es la historia de una niña que sufre mucha violencia desde su infancia, ¿no?, y que se convierte con el tiempo en una Medusa…

- ¿Es desde el punto de vista mujer?
No sé, puede ser de hombre, ¿no? En este caso es el mito de Medusa el que yo estoy rehaciendo, es una temática bien ‘shakesperiana’. Shakespeare rehúsa los mitos, yo hago lo mismo en esta novela sin darme cuenta, muchas veces uno escribe sin darse cuenta de lo que está haciendo. Cuando en ese momento del quiebre, me doy cuenta que estoy rehaciendo el mito de Medusa, entonces agarro la novela por mi cuenta, ¿no?, lo que me faltaba, que no hallaba cómo enlazarlo, lo comprendo perfectamente y empiezo a enlazar ya todo, veo el plan, el panorama, la remato y la termino. Eso es lo que sucede. Ahora, si es una novela o si es un testimonio, mucha gente me lo está preguntando, de hecho, la gente que ya la ha leído, incluso el editor, lo primero que me pregunta es: ¿todo es cierto?

- Jajajajajajajajajajaja…[nos reímos]
Yo respondo que soy muy hija de Gabriel García Marquéz, él me impactó mucho en la doble esencia, me pasaba todos los fines de año leyendo novelas de él, todos los fines de semana las leía y las volvía a leer. De hecho me pongo de seudónimo Clara por una novela de Isabel Allende que es un refrito de Cien Años de Soledad en versión femenina, por la Clara Clarividente, entonces mi historia es muy similar a la historia de García Márquez, muy fantástica, vivo en Latinoamérica, vivo en El Salvador. Ya lo dice Manlio Argueta, en un comentario en Facebook: ‘Nora, El Salvador es una novela’, y es cierto, Manlio tiene razón, entonces lo púnico que puedo decir es que he contado mi historia, pero como soy escritora dentro de la guerra, no soy una simple combatiente en el sentido de que no soy una combatiente contando mi historia, soy una escritora, no soy la Primera Dama que va a contar su historia, o la comandante que va a contar su historia como hoy se está viendo, yo soy una escritora, entonces obviamente yo escribo una novela…

- … con el permiso de la escritora de meter elementos que no son reales…
… no le voy a decir a nadie qué es lo que hice, solo te voy a decir una cosa: el hecho de ser poeta hizo que esta novela me haya catapultado en la forma que se ha catapultado, que un editor haya llegado y haya dicho en un mes, ‘yo la agarro porque se va a vender’, y en un país extranjero. Y que llego a Guatemala a presentarla, inmediatamente los militares preguntan  ‘¿dónde está la que escribió esto?’. Yo dije, ‘Dios mío, otra vez me vienen a buscar estos hombres’, y me dicen ‘¿por qué nos trata tan mal en la novela?’, bueno, porque ustedes me trataron mal a mí…

… los militares del pasado…
… exacto, pero eso ha generado, ha generado…

- Eso te quería preguntar, ¿qué opinás que una novela, sin mayor publicidad, ni grandes presentaciones, ha generado muchas reacciones?
Fijate que cuando empecé a compartirla, digámoslo así, porque yo dije ‘bueno, he terminado esta novela, que la terminé en mayo de este año, yo no la voy a guardar y me voy a quedar con la novela, ¡la tienen que leer!’. Entonces allí por junio julio, empecé a enviársela a algunos amigos especializados, evidentemente gente que lee, que es culta, en Argentina, en Chile… y los argentinos inmediatamente me dijeron ‘Nora es fantástica.¡Es increíble esta novela! Está contada de una manera increíble’, Los chilenos: ‘Nora, qué sentido le encontramos a tu novela en estos momentos’. De hecho en Chile, el hecho de haber leído la novela, ellos le pusieron atención a mi historia y ahorita están preparando una antología poética mía en Chile. Me han pedido todo el material poético y lo voy a presentar, primero Dios, en febrero o marzo del otro año, gracias a la Clara. Luego, cuando este hombre me la pide, este hombre guatemalteco que llega de la nada, del Facebook, yo me digo ‘¿y este de dónde apareció?’ o sea, todo ha ido cayendo, todo ha ido cayendo. Yo se la mando y al mes dice ‘yo la agarro, yo la imprimo, dámela a mí por favor’… ‘¡chivísimo, yo te la doy!’. Luego de eso necesitaba plata, obviamente, tenía que poner un porcentaje, y empiezo a buscar a las amistades, a la gente que combatió conmigo, y todo el mundo ‘yo te doy cien dólares, chele’, ‘yo te doy cincuenta’, ‘yo te doy veinticinco’… se hizo de esa manera la novela, con toda esa energía…

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