13.4.12

Don Leonardo Heredia




... "a estas alturas cuando los cipotes me dicen que soy el padre de la locución yo les digo, ¡no... yo soy el abuelo!"



Entrevista de LaPágina.com a Don Leonardo Heredia, el máximo exponente y pionero de la radio difusión y televisión en Centroamérica, en el Museo David J. Guzmán, con motivo de entregársele un galardón de parte de la Secretaría de Comunicaciones de la Presidencia, por su trayectoria profesional: 



Desde su punto de vista ¿cómo es la historia de la radio en El Salvador?
Es una historia que debe ser muy alegre, muy musical para todos los radioescuchas pero no para los que la hicimos. Y lo digo por una sencilla razón, después de dejar nuestra vida y salud, recibimos una pinche placa nada más.
¿Cuándo y cómo empezó su trabajo?
Yo empecé en 1948, tengo en este mundo 64 años, mucho más edad de la que tienen la mayor parte de las emisoras de radio exceptuando Radio Nacional.
Esto es más de una generación, a estas alturas cuando los cipotes me dicen que soy el padre de la locución yo les digo, ¡no... yo soy el abuelo!
Esta experiencia en los medios de comunicación le dejó momentos inolvidables imagino...
Sí, si... yo tengo un montonal de anécdotas, recuerdo que cuando presenté a la Lucha Villla en el canal cuatro hace mucho años le dije "fijate que aquí todo el mundo te quiere mucho y yo quisiera que en algún momento el programa, así como quien no quiere la cosa, como si te sale expontáneamente, me dieras un beso para que yo me convierta en un símbolo del hombre salvadoreño, porque a través mío estarías besando a todos los hombres de El Salvador".
Dicho y hecho, la mujer me agarró y me pegó una amontonada que me tiró hasta el suelo y me besó en la boca y me hizo de todo, afortunadamente cortaron cámaras en ese momento, el programa si ya no me acuerdo, pero sí que fue especial -ríe-.
Otra cosa que me llenó de muchísima satisfacción, y por cierto más incluso que el homenaje de la Asamblea Legislativa y de la misma ASDER fue el de Facundo Cabral.
Pues justamente en la última presentación de Cabral, al terminar cerraron el espectáculo y mencionó a García Márquez allá en Colombia que era uno de sus amigos, mencionó a Mario Vargas Llosa en su estadía en el Perú y nos vamos de El Salvador y nos llevamos el recuerdo de Leonardo Heredia nuestro gran amigo, yo exploté de alegría al escuchar eso.
Qué me importaba a mi ser amigo de Fidel Sánchez Hernández, Arturo Armando Molina -ambos ex presidentes de El Salvador-, Manuel Antonio Noriega en Panamá, Oscar Arias en Costa Rica, con quienes éramos grandes cheradas.
Hay cosas que no se pueden grabar en mármol, ese tipo de gratificaciones son las que no olvido.
Pero, tal y como mencionó al principio, en su reflexión trajo a la memoria decepciones también, cuénteme sobre ellas...
De las decepciones...-suspiro-, yo he compartido con algunos de mis amigos que me sienta mal que no haya sabido administrar mis dineros.
Pero también que es una vergüenza para la industria de la radiodifusión nacional en El Salvador, que un hombre que entregó toda su vida a la radio, al llegar a los ochenta y tantos años no tenga un pinche radito de transistores siquiera para oir radio y viva alejado de este mundo.
Esto es una verguenza, ¿es acaso este es el destino que le depara a quienes entregan su vida a la industria de la cual muchos se han hecho millonarios?, ésta es mi mayor decepción.
Acepto también que es vergonzoso de mi parte que no me haya provisto de un radio antes, pero es más vergonzoso para la industria de la radio.
Y si tiene que hacer una reflexión sobre esta profesión, ¿qué diría?
Que no vale la pena trabajar en esta cochinada si cuando llegas a viejo no vas a tener si siquiera un pinche radito de transistores del tamaño de esta grabadora con la que me entrevistas.
¿Qué ha sido de su vida fuera de los medios de comunicación?
Hoy día yo vivo ya retirado de esos trajines, por ratos disfruto oir radio, me gusta como se está haciendo radio en la actualidad, me siento contento de no estar ya dentro porque hoy manejan una tecnología tan avanzada que no la alcanzo siquiera a entender.
Hoy me siento contento de que no me toca estar lidiando con internet y con facebook y con otro tando de cosas más.
¿Cómo evalúa la producción en radio hoy día?
Hay como una ironía, una contradicción, a más tecnología menos calidad. O más bien dicho en buen salvadoreño, la gente se vuelve como más huevona, porque como allí está la computadora, ¿para qué me mato siendo creativo?.
Creativamente, la tecnología redujo mucho al trabajo de la radiodifusión, antes trabajábamos con las uñas y con todo el corazón. Hoy se trabaja nada más con las uñas, es más, hay que cortarselas para manejar los teclados o el mouse, y eso es todo lo que se necesita.

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