16.2.12

Un hombre hambriento de amor 002

Y usted que dijo : llegaron los abuelos paternos del sufrido niño y le cambio la suerte a sus tan solo 3 añitos.

Siento decepcionarlo, la pesadilla/trauma aun estaba por comenzar. Claro se podrá preguntar, cuanto mas tiene que sufrir esta inocente criatura?. Apareció el padre del menor, convenció a sus padres que ahora el niño estaría mejor viviendo con él. Y lógico es, sus padres le entregaron al nieto. Al llegar a su casa, la segunda esposa quien ya tenía 2 hijas de su anterior matrimonio, no vio con buenos ojos que de la noche a la mañana le saliera un hijo varón que no era suyo. Además que el ahora esposo/padrastro de sus hijas se iba desatender de ellas por dedicarse entero al sufrido hijo, ya que está demás explicar que la madrastra se daba por enterada de los abusos sexuales del menor.

Le dieron al niño un cuarto que mas parecía closet. Una cama plegable, un colchón de esponja y unas indicaciones a seguir. Como espera esta mujer que un niño de 3 años no moje la taza del inodoro, si aun no alcanza a pararse solo en el sanitario, necesita de la ayuda un adulto, y ella; no se la iba a dar. El padre del sufrido niño madrugaba al trabajo, es decir, que el niño quedaba a merced y tortura de esa segunda madre. La madrastra del cuento de Walt Disney " La Cenicienta ", es una blanca paloma en comparación con esta arpía mujer, quien obligaba al niño a que no usara el sanitario porque a saber que clase de enfermedades contagiosas había agarrado con los muchos penes que tocó o los penes que besó o los penes que lo penetraron, y ni ella ni sus inocentes puras hijas iban a ser victimas de tal contagio.

El niño, tenía que defecar en unas bolsas plásticas y amarrar su contenido para luego decirle a su mamina que ya había terminado y le abriera la puerta del tras patio y el mismo niño, salir a la yarda y tirar los desechos en una zanja que estaba al final de la propiedad, a riesgo de que el menor perdiera el equilibrio y cayera dentro de tal zanja y sucedería lo peor. A parte que también, el niño tenía que orinar en unos vasos de cartón

y colocarlos debajo de su cama, para que en la mañana él mismo, los tiraría en la zanja ya mencionada anteriormente; y ! cuidado ! con derramar el contenido de sus propios orines, porque le iría muy pero muy mal.

Secaría con sus manitas cortas el regadero de orines y sería obligado a poner la nariz para detectar que no hubiese mal olor en el piso, caso contrario lo secaría de nuevo y esta vez usaría su propia lengua.

El niño cumplió su cuarto y quinto cumpleaño al lado de tal madrastra. Mientras tanto, el padre ignoraba el porqué su hijo no se relacionaba con sus hermanastras, no jugaba con ellas, se sentaba en un rincón y miraba a la pared.

Si salía la familia entera al campo, el niño buscaba un lugar apartado y contra un árbol recostaba su espalda sin mencionar una tan sola palabra.

! Que raro ese niño ! murmuraba la amorosa madrastra delante de su esposo y padre genético de la criatura.

Estás seguro que no tiene problemas mentales mi amor ?, y el imbécil marido/padre respondía ! lo ignoro !, pero no se que hacer?. ! Si tu quieres mi vida, yo averiguo donde nos pueden ayudar !, ! me preocupa el bienestar de el niño, está solito, se merece un mejor tratamiento, quizás un Psicólogo infantil, un Psiquiatra-pediatra, yo que se. !

Si tu crees que le podemos beneficiar la salud mental a mi hijo, te lo voy agradecer toda la vida .

Bien dicen que un bello púbico de la vagina, tiene mas fuerza que un tractor de 5,000 toneladas. Lo que no sabía el gaznápiro marido/padre, era que la muy pú...., digo inconsciente madrastra estaba buscando sacar al niño de la casa que ya era demasiado meter al padre del niño en ella cuando se lo casó, pues la casa era de ella y no de él.

En pocas palabras, el esposo/padre del niño estaba de posada y el niño también.

Otra cosa que ustedes no saben y ahora se van enterar, es que la muy pú, digo desconsiderada madrastra, le tenía prohibido al niño abrir la boca y ! cuidado con decirle a tu papá que te pego por todo !, ! te va a ir peor !.

Si el niño lloraba por hambre o por temor, la madrastra lo torturaba y le daba a beber salsa tabasco para que se hiciera hombrecito. Ya quisiera yo tener esa muy pú, digo grosera mujer amarrada en las 4 esquinas de la cama y desnuda echarle jugo de limón en la entrada de la vagina para que sintiera lo que sentía el infortunado niño en su garganta, quien muchas veces llegó a sofocar se al ser forzado a beber la salsa picante.

Bien decía mi abuela : "entre más conozco la gente, más quiero a mi perro ".

Ya llevo escritos 5 años de vida de este niño, me faltan 21 años mas...seguiré escribiendo.



El cipote 007

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