Al final de la tarde cuando en el cielo, el sol nos regala los más bellos colores, ardientes montañas y nubes de fuego, caduca el día pero nace entonces la luna, intensa, muy propia, vigilante de los habitantes con sueños.
Luna que enamora y endulza a primera vista, mística, encantada, es guardiana de secretos, los más ocultos pensamientos a ella son confesados,
esta luna serena cautiva de la oscuridad, círculo perfecto de amor, ampara al anónimo, al amante perseguido, al cantor que ahoga el canto en la vertiente de lágrimas.
Luna naranja, sus rayos bañan con dulce amargura a los corazones abandonados.
Luna de borde púrpura alumbra en violáceos tonos las almas enamoradas.
Luna negra marchita en un momento y renace en un instante.
Luna de miel radiante aunque a veces menguante se llena cada día de caricias y amores, dibuja con sus rayos en las nubes siluetas y los nombres de los amantes que en abrazo se funden como auténtica promesa eterna.
Por: Rocío
2 comentarios:
Magnífica recreación de la luna, viajera silenciosa que acompaña en las largas noches de todos los tiempos. Muy bello post. Un abrazo.
Estoy de acuerdo contigo Alma, precioso canto al astro de la noche, me atrapa el misticismo con el cual la autora interpreta y habla de la luna... lindo post.
Saludos.
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