24.6.11

Fiesta


Llega el esperado día en el que uno se emociona o solo lo deja pasar pero no puede esconder la emoción y lo ruborizado que provoca en el rostro un año más.

Se empiezan a sentir cambios, se producen nuevas metas y algunos cambios útiles para la sociedad (aunque solo sea en nuestro círculo familiar y de amistad) ya uno se siente más sabio y respetado por los demás y a recibir toda clase de halagos por el esperado día al que familiarmente llamamos “cumpleaños”.

Uno se alegra pero a la vez siente entristecer; su alegría es por ser un día especial y recibir toda clase de regalos sentir la edad entrando, llegar a una nueva etapa, ponerse metas que cumplir con los demás y formar un nuevo vinculo con sus allegados, pero entristece por la aparición de pequeños rasgos físicos que denotan el inicio de la edad avanzada.

Los “cumpleaños” se ven de diferentes maneras en las diferentes etapas de la vida; un niño lo ve como una ilusión de decir a sus amigos “ya cumplí 5, te gano por uno te gano por uno!!”. Es ser elegido por los del grado mayor para formar parte de los equipos de juego incluso tener un permiso para hablar con las niñas y recibir toda clase de regalos soñados; oir cantar a sus amigos y familiares “feliz cumpleaños a ti, feliz cumpleaños a ti” jugar sin parar y comer el tan deseado pastel y soplar las velas que lo acompañan que se caracterizan por dar a conocer los años cumplidos.

Los adolescentes lo ven como un permiso para ciertos lugares que solo permiten la entrada a “mayores de…”, que sus padres ya no den regalos materiales sino que colecten un pequeño valor monetario que le sea útil para comprar algo de su gusto o pedir prestado el carro de uno de los padres e ir de fiesta nocturna con sus amigos a algún restaurante al que solo van los que “tienen pisto”. Tratar de ser la envidia de sus vecinos que aun no llegan a esa edad.

Cuando se es de más de 20 ya no se piensa en las celebraciones, solo en saber que ya es un año más y que posiblemente alguien se acuerde (afortunadamente) de él y recibir una llamada de su madre o familiar que le alegre el momento, pero no descarta la posibilidad de pasar un momento con sus amigos disfrutando de un momento alegre e inolvidable siempre tratando de no hacerlo monótonamente. En esa edad uno ya no espera recibir regalos de alguien o alguna tarjeta debajo de la puerta que exprese una satisfacción de llegar a una “edad madura”.

¡Ah! Los 30, los años de la sabiduría, donde uno piensa en el respeto que los demás deben tener con uno mismo. Esa edad en donde lo que uno dice eso se tiene que hacer y no hay que poner escusas de ninguna índole que justifiquen el mando que se tiene sobre determinada situación. La tan anhelada edad en la que uno ve a sus hijos y dice “recuerdo cuando tenía esa edad…” ¡ah! La época de recuerdos en la que todos desean tener la misma capacidad física de hace veinte y tantos años en los que podía correr libremente y meterse en lugares inimaginables donde se piensa que solo un gato puede entrar.

Para terminar, las edades más temidas, pasar de los 50 años… uno siente que cada año cumplido después de esa edad es un año menos de vida y un año más cerca del descanso eterno. En esta edad el cumplir un año más es desear que nadie se lo recuerde y ser producto de burlas o bromas de mal gusto, pero hay personas consideradas en que a veces eso afecta, hacen lo posible por hacer que esa persona se sienta las mas especial y recobre fuerzas para seguir el camino de la adultez y maravillar a pequeños y grandes con historias y anécdotas pasadas que hacen reír y recordar buenos momentos familiares.

Así se viven los “cumpleaños” aunque no todos pueden ser igual hay unos que tienen pequeñas fallas que afectan los sentimientos, llegará un día en el que no se podrá realizar algo especial para el “cumpleañero” pero no hay nada mejor que la compañía de la familia y los amigos, lo demás luego se podrá hacer.

Entre dos personas se puede hacer una muy bonita fiesta, a pesar de lo que “afecte” la realización siempre se logra una bonita compañía y una amistad más estrecha.




Por: Irinna

No hay comentarios: