26.4.20

Recuerdo como si fuera ayer tus manos lujuriosas
tu amor intenso
y la agonía del enamorado
en su última gota de pasión

Me enseñaste a ser mujer
pero me trataste como a un ángel
me enseñaste que la sombra
era solo un distractor

Un día, estremeciste la puerta de mi cuarto
apuñalaste mi vientre
y no dejaste rastro
manchaste tu vida y la derramaste

Al despertar me había ido
y tú ya te habías convencido
que la verdad solo la da el alma
lo demás eran efímeros engaños

Yo sé qué es ser una mujer
me lo enseñaste tan bien
que mi alma no quiere borrarlo
con encuentros furtivos ni con amores largos

Solo espera amor mío
la sentencia terminará
solo espera que la vida
te devuelva la felicidad...

Tgt

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