20.4.15

DANIELA EN SU MUNDO ROSA

En la lista de colores,
el rosado a mi me encanta.
Se combina con el rojo
y el blanco a la distancia.

El rosado determina 
que el rojo parezca sangre,
y el blanco se ilumina
con la luz del sol distante.

El rosado a mi me encanta
porque nací de una ROSA,
que con tacto se deshoja
por la pena que me embarga.

Era un Martes 24,
sería un día cualquiera,
pasando en el mes de Marzo;
como una brisa costera.

DANIELA tomaba notas,
el teléfono sonaba.
Ríe, canta emocionada,
y su juventud rebota.

Su mundo rosa constante
entre México y España,
su pensamiento distante
frágil como telarañas.

Y amaneció el día Martes,
DANIELA en su desconcierto
mira el reloj y se hace tarde
para irse al aeropuerto.

Se revisa la cartera
por si algo le faltaba,
las llaves, dinero, nada,
todo en orden,
y a su manera.

Saliendo de Barcelona
llegándose a Dussendolf,
150 personas,
verán la cara de Dios.

El mundo rosa y DANIELA
se esfumaba en la distancia,
cuando pasando por Francia
se nos quedaba en los Alpes.

No quiero abrir una herida
ni que me acongoje el llanto,
porque pienso en el quebranto
de una madre muy dolida.

Una abuela que la anhela
y en el recuerdo mantiene,
y entre sus brazos sostiene,
una foto de DANIELA.

Yo me enteré hasta hoy
26 días después.
No salgo del estupor,
de la vida y su revés.

Se acumulan las preguntas :
porqué DANIELA señor?,
el maniático piloto ?,
ese desquiciado loco
que nos robó su ternura.

Y Dios desde las alturas
me responde tiernamente :
" yo fui quien lloró primero,
al ver lo que pasaría".

De DANIELA su primor
lamento les duró poco,
pero acepten que su amor
flotará eternamente.

El recuerdo es permanente
y recuerden la con vida,
y no dejen que una herida,
les sangre por su partida.

AU REVOIR DANIELA querida
que en tu mundo permanente,
de color ROSA vestida
te llevaré  yo en mi mente,
por lo que resta de vida.

Cada 24 de Marzo vestiré algo rosado, una corbata, un listón, una camisa; y con ello me sentiré cerca de ti
y cada uno de los que mantengamos tu memoria. No te fuistes, sigues entre nosotros.


Giuseppe Castellano

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