14.12.13

Cuento abejas para despertar: un poemario de Mario Noel Rodríguez



Jueves, 12 de Diciembre de 2013 / 09:27
http://www.diariocolatino.com/es/20131212/trazosculturales/123110/Cuento-abejas-para-despertar-un-poemario-de-Mario-Noel-Rodr%C3%ADguez.htm


“Leo para no ser feo.
Dos veces canto, porque te quiero tanto”
Mario Noel Rodríguez.

Álvaro Darío Lara
Escritor/Poeta
Colaborador de Trazos Culturales

Dos artistas aparecen en el Centro Escolar San Rafael Tasajera de San Luis La Herradura, en el departamento de La Paz. Dos artistas incursionando mar adentro de la poesía y del color, buscando la isla de los niños y niñas, me refiero al poeta Mario Noel Rodríguez y al artista plástico Salvador Llort. 

Salvador provisto de sus pinceles que han dado maravillosa vida cromática a los amorosos versos de Mario; y Mario, ahora, con sendas orejas y bigotes de roedor, para volver más deliciosas y alegres aquellas horas en compañía de los niños y niñas.

Muy pocos artistas se atreven a esto. Muy pocos van al encuentro de los verdaderos destinatarios de sus obras, para “cara a cara” compartir el gozo de la creación, lejos de los espacios convencionales, más cerca del corazón del público, y en este caso, más “codo a codo” con los pequeños y pequeñas del país, en sus lugares más apartados.

Esto, también ha sido posible por la franca apuesta del Grupo Dutriz al proyecto de edición de este bellísimo libro de gran formato, donde poesía e ilustraciones conforman una sólida composición. 

Hacia el final del prólogo, escrito por nuestro gran novelista Manlio Argueta, leemos: “Y lo mejor es que esta obra deslumbrará a quienes más lo necesitan para forjarse como futuras generaciones en el amor al libro y la lectura, para contar con salvadoreños más sensibles y abiertos a la comunicación estética”.

Por su parte, el autor nos explica cómo  fue escribiendo el texto –como en un acto de magia- en su “Historia de este libro”, veamos: “Y como desde niño conocí el trabajo de las abejas, de su mielita que nos da energía, entonces en su honor decidí titular este libro: “CUENTO ABEJAS PARA DESPERTAR”. Espero que las ovejas no se molesten, pero es que ellas nunca me hicieron dormir. Y las abejas, en cambio, nos enseñan a trabajar en unidad”. También Salvador, anota con sus palabras de pintor: “En una de esas estaciones del tren de la vida, se subió Mario Noel Rodríguez y de inmediato nuestras almas comenzaron un diálogo deliciosamente infantil. Su alma me dijo: “Yo escribo poemas”, la mía le respondió: “Yo los pinto”. En la burbuja tranquila de mi estudio, abrí la primera página del cuaderno de poemas de Mario Noel y encontré su dedicación que dice con su letra: “Salvador, por los caminos del asombro andamos y qué alegría”. Pasé las páginas y me deleité con cada poema que leía: “EL VERDE”, “PARARRAYOS”, “JAICUCÚ”, “CANTEMOS”, etc… y poquito a poquito como crecen las hojas de los árboles, iba viendo en mi mente las formas de cada uno de los poemas y deliciosamente los trasladaba de mi mente a la mano y de la mano al papel”.

En total son cuarenta poemas con sus cuarenta ilustraciones de oro, que volverán más mágicos los encuentros diarios de los niños y niñas, con el mundo de las cosas bellas. Bellas no por “bonitas”, sino por hondas en sus valores profundamente humanos.

Son ya clásicos los escritores salvadoreños, que partiendo del universo infantil, o tratando de aproximarse a sus delicadas pupilas, nos han dejado páginas memorables, entre ellos: Claudia Lars, Salarrué, Oswaldo Escobar Velado, David Escobar Galindo, Sara Palma de Jule, Maura Echeverría, Ricardo Lindo, Carlos Balaguer, y otros y otras, que escapan a este brevísimo y aéreo recuento. Recuento al que ahora se suma, con especial lugar, Mario Noel.

Los versos de “Cuento abejas para despertar”, más allá de juicios literarios, sobre ritmos, rimas y figuras, están cargados de finísima sensibilidad, de amor devocional  a los niños, de enorme capacidad de situarse en sus zapatitos y desde allí, montar en dichosa carrera por los parajes de esa infancia, que verdaderos artistas como Mario y Salvador, nunca han perdido, porque jamás renunciaron al asombro, a la gran verdad y sabiduría encerrada en la sorpresa de los pájaros, las semillas, las flores, el agua, el sol, los vientos, las campanas y los misteriosos espejos.

Sería injusto terminar esta nota, que si es algo, acaso, un débil reflejo de esa película en envidiable tecnicolor que es la poesía y las ilustraciones de Salvador, sin que copiemos al final, este hermoso poema-carta de presentación, del amigo poeta, Mario Noel Rodríguez, titulado “QUIERO”, a quien felicitamos, junto al gran artista Salvador Llort. 

Dice así: “Yo quiero ser frijol mágico/para llegar alto como mi niña. /Y quiero ser dos frijoles mágicos/para inventar el mundo como mi niño. /Y quiero ser muchos frijoles mágicos/para estar en la mesa de todos los niños”.

Un  libro que todos y todas debemos leer, para sacar al ángel, al niño, a la niña, que a lo mejor, hace años dejamos encerrado, encerrada, en nuestro corazón, y que lucha por salir –con todas sus fuerzas- para volvernos menos dura y más radiante la vida.

Y, por supuesto, un libro cuyas páginas, siempre abiertas, debemos ofrecer  a todos los niños y niñas de Cuscatlán.

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