Me cuesta decir !ADIÓS!,
pues me suena a despedida.
Aun si me quiebra la voz
y una lágrima es vertida.
Cuando me asalta el recuerdo
de alguien que le dije !ADIÓS!,
regreso a ver el momento
que me despidió veloz.
Aquél abrazo sincero
mano extendida al acecho,
una voz dice : ! te quiero !,
y el corazón sale del pecho.
De todas las despedidas,
duelen más las de un velorio.
Y el panteón es la salida
lo mismo que un tanatorio.
El cuerpo inerte tendido
de una madre, un ser querido.
Un hijo que se ha perdido,
o una esposa su marido.
Pero la tumba vacía
con un simbólico gesto,
es horrible todavía
si no tiene un cuerpo muerto.
Y se despide el soldado
quien va al frente de batalla,
besa la cruz, la medalla,
si no vuelve a nuestro lado.
! ADIÓS ! le dijo JESÚS
a su madre y todavía,
se la dio a JUAN de por vida,
cuando expiraba en la cruz.
Me cuesta decir ADIÓS
y me provoca una herida,
pues no encuentro la salida
me quiero partir en dos.
Si me voy,
parto contento.
Te llevo en el pensamiento
y tu voz me dijo ADIÓS.
Pepe Castellano
el cipote 007
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