17.12.12

El valorudo


Rayaba la tarde de esas que el sol se mezcla con el polvo y te deja casi ciego.

El Juan, nuestro héroe, se "apella" de la camioneta, cansado por su día que como pocos es ya costumbre. Se la pasó rosando caña de sol a sol... todo tiznado, mal oliente y con "unambre" que ya sentía el olor a las tortillas que echa la María.

Al poco rato de caminar hacia su rancho escucha bajo las sombras de la finca unos quejidos: -¡NOMBRE!-

El valorudo Juan sale disparado como alma que lleva el susto entre las patas, tal fue la guinda, que dejó tirada su maltrecha mochila y regado por la calzada el poco pisto que le sobró de las compras en el mercado del pueblo… trastabillando llegó al jacal "onde" la María le increpa:
-vos Juan como venís de espantado sí parece que vistes al diablo..-
-¡no fregués María! que no ves que en el  puente pequeño se oyeron unos ruidos y unos gritos que ni el más hombre creo se queda a averiguar que pasó.

La María se ríe -no me digás que te asustastes...; a buen ¿y tu mochila? mejor dicho ¿y los encargos del pueblo? no me digás que ¡los perdiste!

En ese momento entra al patio el Chepe, moviendo a su lugar la talanguera, y pregunta
-¿mamá y ques todo el escándalo que se trae mi apá?
-Y que al pobre lo asustaron en el paso del puente a la par de la finca… y que "cres" botó las cosas el muy valorudo…
-Pues vamos a "trerlas"
-no creo que las recoja alguien si ya es muy tarde para que pase gente por el puente mas si ya casi esta oscuro…

Entonces el Juan se arma de ánimos, porque valor no tiene, y se disponen a ir a traer las cosas que bien les harán falta para terminar la semana…

Iban andando; al aproximarse al puente, que está cerca de la finca, se oyen los lamentos y cada vez son más fuertes.
El Juan temblando dice -¿"oyistes"?, María veá ques cierto lo que te dije… mientras recoge los comprados y la mochila que fua a parar al cerco por la carrera que le propinó el susto…

La María se quedó parada a unos metros del lugar, -veá que si... pero eso nues un espanto…
-si mama… se oye como que alguien pide ayuda... anda ver apá, apuró Chepe.
-guechos pecho... andá vos Maria que yo te cuido la espalda…
-jummm...perenme pues y agarrando un palo seco del cerco de pitos se acercó a la orilla del puente..... y zaz...... dio un grito que se escuchó por todo el cantón.

¡Tiooooooo Cornelioooooo....! vení ayudame Chepe, apurate Juan que no ves ques el tio cornelio…
¡¡¡pobrecito.¡¡¡¡ ¡por Jesús! ¿Qué le pasó..?
-ay mija, quel caballo se asustó cuando la camioneta que viene del pueblo pasó pitando... ya sabes cómo son de locos los buseros… y me aventó al barranco y no me pude salir.
El Juan ajuntando los tiliches reflexiona -mire que cosas... si uno fuera sabio…¡¡¡ .. no le pasaran estas cosas...


 Ya relajados y con el tio Cornelio en hombros del Chepe van de regreso a su rancho riéndose de lo lindo del susto que se dio el pobre Juan, que se decía una y otra vez; que pasara lo que pasara no volvería a asustarse de esa forma.

Fin
Por: Julio B. M.

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