Bajo la tenue luz me deleito
niño de semblante angelical
tus manos diminutas recogidas en tu pecho
me provocan suplicarte una caricia
Entre sombras, la luz de tu sonrisa espero
levántate de tu lecho de concreto
Niño mío, niño eterno,
de tu despertar déjame ser testigo
Aquí, bajo la sombra de este puente
no te podrán ocultar el frío, ni el hambre
ni la peste de la miseria.
Por: Tony Castellanos
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