I
Planta de origen
divino, misterioso
Un dios de barro te
formó acucioso,
Primero el grano
blanco, delicado, puro
Para echarlo con amor
en el terreno duro.
II
Luego, la lluvia y el
sol primaveral
Juntos fueron verdadero
manantial
Que con magia lunar,
desconocida,
Al silvestre maíz le
dieron vida
III
Perlados, extraños
granos bienhechores
En mazorcas
florecientes de verdes colores
Alternadas entre
espadas de cuerpo natural
Que no matan sólo
guardan cual místico nahual.
IV
Maíz, alimento vital
de los abuelos,
Semilla sagrada
acunada en velos
Que al ser cultivada
por manos morenas
Toma de la tierra su
esencia más buena.
V
Tortillas, pupusas,
riguas y pasteles,
atoles, refrescos, y en
hojas tamales,
masa de corazón
blanco del maíz divino
fuerza espiritual de
nuestros padres en su sino.
VI
Milpas frescas,
ondulantes y altivas
Del hombre son la fe
reverdecida
Mata esbelta, de
flores simples coronada
Con alma de diosa generosa engalanada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario