1.2.12

Despedida

 
Te dije adiós,
sin atreverme a mirarte a los ojos,
no quería fijar tu tristeza en mi recuerdo.
         Sólo tu eterna sonrisa se quedó sembrada como un eco.
Un eco que llega en las noches
para espantar mis soledades.
         Te dije adiós,
y desde entonces, se atrincheran los recuerdos,
en el libro abierto de tus ausencias.
 
Cierro los ojos y te veo.


Márden Nóchez

No hay comentarios: